Indígenas warao que huyeron de Venezuela se encuentran en limbo tras haber sido expulsados de Manaos
Integrantes de una tribu indígena que viajó cientos de kilómetros para huir de la crisis económica de Venezuela, se encuentran acampando cerca de la frontera con Brasil después de que fueran expulsados de las calles de la ciudad amazónica de Manaos, en el estado brasileño de Roraima.
Redacción de RB._ Intentando sobrevivir al hambre y las enfermedades en su tierra natal en el delta del río Orinoco, en el noreste venezolano, más de 1.200 miembros de la tribu warao migraron hacia el norte de Brasil para vivir y mendigar en las calles, según un reporte de Reuters publicado este jueves (23).
Las autoridades brasileñas, organizaciones no gubernamentales e iglesias ayudaron a proporcionar a los recién llegados refugio temporal en la frontera, pero el futuro de los waraos sigue siendo incierto. La tribu insiste que no volverá al país comandado por Nicolás Maduro, donde una recesión profunda llevó a la escasez de productos básicos y fármacos.
“Los niños estaban muriendo enfermos en Venezuela. “No había remedios, ni comida, ni ayuda”, dijo Rita Nieves, una cacique de la tribu matrilineal, citada por un enviado de Reuters. Rita usaba sus mejores ropas cuando cruzó de regreso a Venezuela para enterrar a un bebé de 3 meses que acababa de morir en los brazos de su madre en el viaje de autobús de mil kilómetros hacia Brasil.
“Estamos quedando aquí porque las cosas no cambiaron en Venezuela”, dijo ella, sentada en un almacén convertido en un espacio comunal para 220 waraos en la pequeña ciudad fronteriza de Pacaraima, en Roraima.
Los niños jugaban entre hamacas colgadas en estructuras metálicas levantadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En el exterior, las mujeres cocinaban un caldo con fuego de leña y los hombres sentados oían a su chaman hablar sobre las virtudes del buriti, palmera usada para la confección de cestos y redes, mientras fumaban un cigarrillo de paja.
Los waraos viven desde hace siglos en el delta del Orinoco, pero algunos comenzaron a partir cuando el suministro de peces disminuyó debido al desvío de las aguas para profundizar rutas comerciales para las exportaciones venezolanas de mineral de oro y bauxita.
Muchos fueron a las ciudades para vender artesanías y mendigar en las calles. Pero cuando la economía entró en crisis, comenzaron a mudarse a Brasil el año pasado, a menudo simplemente atravesando la frontera sin documentos.
El año pasado cerca de 500 waraos llegaron a las calles de Manaos, donde pidieron limosna a conductores y venden artesanías. Muchos dormían en el puente de un viaducto hasta que las autoridades municipales locales los trasladaron a refugios. “Ellos empezaron a quedarse aquí, durmiendo en las calles, y causaron una emergencia humanitaria”, dijo la secretaria de servicios sociales de Pacaraima, Isabel Davila.
La ciudad les proporcionó como refugio un almacén abandonado con sanitarios, duchas y una cocina, construida con financiación de la Iglesia Mormona.